11 de febrero de 2009

Julián Vidal


4 Febrero, 4 de la tarde, en una de esas casas de las que van quedando pocas en Buenos Aires. Unos telones negros, viejos de un teatro amigo y con muchas historias encima por lo que se veía, y según contaban, nos hicieron de fondo. Una escalera eterna que ayudó a colgarlos. Una luz poco profesional, jugo de pera y un ventilador a un costado. Un músico multiuso, una novia casi compositora y hermana de una amiga. Un idioma inentendible para mi en palabras pero no en melodías. "Chelo", guitarra acústica, clarinete y órgano. Unos palitos de queso, y una cortada de uñas de por medio.
Conviví por unas horas con dos músicos, que jugaron con acordes y notas y otras cosas más complicadas, pero que no impidió que hiciéramos lo que teníamos que hacer esa tarde, en una de esas casas de las que van quedando pocas en Buenos Aires. Magia.






























Julian y Lourdes, gracias.
EugeniaH

www.julianvidal.com (proximamente renovada)

1 comentario:

Un Poco Rara dijo...

Lindas varias.
Me encanta tu onda che.