(...)En Madrid, las calles amanecieron teñidas de blanco, y además de las carreteras, la nieve afectó a todo tipo de transportes, desde el vehicular, trenes y aéreo.
El aeropuerto de Madrid-Barajas suspendió todos sus vuelos, de momento ningún avión despega o aterriza debido al cierre de sus cuatro pistas, lo que motivó el retraso de numerosas operaciones.
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Los problemas de tráfico por la capital se incrementaron, la nieve y el hielo dificultaron la circulación del tránsito, convirtiendo desplazamientos rutinarios en viajes kilométricos, por
lo que se recomendó el transporte público.
No obstante, para los peatones este viernes es un día de fiesta. Al margen de los resbalones, y alguna que otra caída, la gente pelea por las calles arrojándose bolas de nieve, que agarran de la gruesa capa que recubre los vehículos.
El frío, y las aceras resbaladizas no disuadieron a muchos de divertirse en un paisaje que no es fácil ver en la capital de España, y permitió experimentar algo inusual: los madrileños que caminan por la calle disfrutan, juegan y, sobre todo, sonríen.
sgf.
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